Dios Padre nos ha bendecido con toda bendición espiritual (Efesios 1.3) en su elección y predestinación para que seamos para su alabanza y haciendo aceptos en el amado (Efesios 1.6)
Pablo en esta larga oración inicial de Efesios no separa la bendición directa del Padre (Elección y Predestinación) de la bendición que recibimos mediante el Amado. De hecho Él dice que nuestras bendiciones son “en Cristo”.
Nuestras bendiciones están seguras en Cristo por que el no cambia (Hebreos 13.8) y ademas nuestra esperanza de gloria esta en Cristo (Colosenses 1.27). Nuestra libertad de entrar ante la presencia de Dios esta segura en aquel que es inmutable como el mismo Dios. No es por nuestras obras, si no que por las obras de Cristo que somos aceptos gratuitamente delante del Padre (Romanos 3.21-26). Lo mismo que ha dicho a los de Roma, Pablo se lo explica o se los menciona a los de Efeso.
Versículo 7
...EN QUIEN TENEMOS REDENCIÓN POR SU SANGRE...
Lo primero que debemos notar como Pablo cambia su tiempo verbal en esta sección central de esta oración. En los versículos 3 al 6 Pablo habla de la bendiciones pasadas (nos escogió, habiéndonos predestinado) y pasa a tiempos verbales presentes (tenemos) Esto nos ayuda a tener presente hoy la experiencia real de la redención y el perdón de pecados.
La gracia de Dios que debe ser la que sea alabada, y que nos alcanza por medio de Cristo se manifiesta de forma clara en la redención . Esta redención es necesaria para que nuestra elección y predestinación se llevara a cabo. Esto solo se llevo a cabo en el momento preciso que Dios determino (Gálatas 4.4-5).
Para comprender mejor este termino, debemos comprender que en el tiempo de la Iglesia en Efeso, la esclavitud era una realidad presente en Asia Menor. En este contexto era muy frecuente el pago de un precio para “asegurar” la libertad de un esclavo. Esta imagen la tenemos en la historia del pueblo de Israel (Éxodo 6.6) de donde el pueblo incluso es instruido a tener memoria de ese evento de liberación de la esclavitud (Deuteronomio 15.15, 24.18). No era para los judíos un tema desconocido. Jesucristo mismo anuncio la redención de muchos por medio de su servicio (Marcos 10.45). Bajo el contexto de la historia podemos entender la redención como el pago de nuestra libertad. Eramos esclavos del pecado y como esclavos de el la paga que merecíamos era la muerte (Romanos 6.23) nuestros pecados nos tenían atados al pecado, el que nos había separado de Dios (Isaías 59.2)
Cristo vino a pagar el precio, y el precio no podía ser pagado con otra cosa que con la propia vida (Hebreos 9.22). Cristo vino a derramar su sangre (su vida) (Levítico 17.11) para que nosotros fuésemos hechos hijos de Dios (1 Pedro 1.18-19) . En la antigüedad la sangre de los sacrificios solo cubría el pecado, pero la sangre de Cristo los quita de en medio y nos acerca a Dios (Hebreos 9.12-14, 10.4, 10.11-14). Este acto redentivo es la base de nuestra salvación (Romanos 3.23-26; 5.1,6,8,10) . La redención con la sangre de Cristo no es solo ser liberados de las garras del pecado (Romanos 6.22) si no también una compra para volver a pertenecer a su verdadero dueño (1 Corintios 6.20)
Si no entendemos la redención que tenemos en Cristo, lo mas probable que no entendamos el evangelio. Así de central es la doctrina de la redención.
… EL PERDÓN DE PECADOS...
Podríamos decir que la redención tiene tres fases o proceso, el primero fue en la eternidad pasada (pasado) cuando cristo fue inmolado (Apocalipsis 13.8), se manifiesta hoy (presente) en el perdón de nuestros pecados y culminara (futuro) el redención completa de la posesión adquirida (Efesios 1.14).
Jesucristo lo anuncio en la Ultima Cena (Mateo 26.28) que la sangre derramada era para el perdón de pecados. La Palabra que Pablo ocupa en la Carta a los Efesios, perdón, es aphesin, quiere decir la liberación formal de una obligación o deuda (especialmente hablando de la deuda del pecado). Pablo le dijo a los Romanos (Romanos 8.1) que los que estaban en Cristo ya no tenían condenación, ya que habían sido absueltos (eximido, condonado, indultado) nuestras ofensas a Dios. Cristo estando en la cruz dijo “consumado es” (tetelestai) termino que en el griego tiene una connotación legal cuando se daba por terminada una deuda en forma completa. La obra de Cristo nos liberta de la acción del Pecado.
La absolución es de pecados, del griego paraptomaton que enfatiza la condición que tiene aquel que ha roto la ley de Dios y que por tanto esta sujeto a las consecuencias legales (Ezequiel 18.4,20). Dios nos liberta de la paga del pecado para darnos la dadiva que solo él puede dar: la vida eterna (Romanos 6.23).
La redención por tanto lleva aparejado la remisión del estado de condenación que pesaba sobre nosotros (Colosenses 2.13-15; 2 Corintios 5.17) y esto solo era posible por medio del derramamiento de sangre. Solo Dios podía perdonar los pecados en una cruz. Era lo necesario para no hacer violencia a su justicia, debía por tanto Cristo tomar nuestro lugar (cordero sin mancha - 1 Pedro 1.19) y llevar todos nuestros pecados (1 Pedro 2.24) y así no faltar a su carácter santo y justo de Dios. Ahora Él aplica a nosotros la justicia de Cristo por medio de la fe para que seamos redimidos (Romanos 3.26) En cristo tenemos la libertad de la muerte, la esclavitud y de satanás (Hebreos 2.14-15) y ver así consumada la realidad de que hoy somos hijos de Dios (Romanos 8.15)
Versículo 7-8a
...SEGÚN LAS RIQUEZAS DE SU GRACIA, QUE HIZO SOBREABUNDAR EN NOSOTROS...
La causa profunda de nuestra redención es la misma gracia que debe ser alabada. El perdón y la gracia son inseparables, no se pueden divorciar. El perdón de pecados no debemos comprenderlo como solo un sencillo accionar de la gracia de Dios, si no de las riquezas de su gracia. El accionar de la gracia como hemos visto no es algo sutil y vano, si no que involucra acciones profundas en nuestras vidas y que vienen de la voluntad afectuosa de Dios. Las riquezas de la gracia sobreabundan sobre el pecado (Romanos 5.20) la riquezas de su gracia hizo que Dios no escatimara a su propio hijo para que nosotros fuésemos salvos (Romanos 8.32). La gracia de Dios abundo sobre nuestro pecado para que hoy seamos sus hijos.
“El hombre no era digno de ser redimido por Dios, pero era digno de Dios redimir al hombre”.
Por tanto hermanos cuando hablamos de redención y perdón de pecados estamos hablando que nuestro amado salvador, nuestro Señor, entrego su vida, derramo su sangre por nosotros. Nos salvo al costo de un sufrimiento indecible. Esto ha sido motivo a los autores bíblicos para asombrarse , para meditar, para emocionarse y para adorar a Dios
- Pablo se asombro de esta verdad (Gálatas 2.20)
- Para otros fue causa de seriedad y santidad en sus vidas (1 Corintios 6.19-20)
- Es el ejemplo para los esposos de como deben amar a sus esposas (Efesios 5.25)
- Es un motivo de entrega y diligencia en su ministerio (Hechos 20.28)
¿Como nos toca esta realidad de la redención a nosotros? ¿Nos asombra? ¿Nos emociona? ¿Nos lleva a la santidad? Mas allá de la respuesta inmediata que podamos sentir y experimentar, esto nos debe llevar a vivir para glorificar a Dios en nuestras vidas.