15. Siendo asesinos del pecado
Luchando contra el pecado, abrazando la santidad
Imagina un árbol majestuoso en el bosque: hojas verdes, tronco firme, frutos visibles. Pero algo no anda bien. Las hojas se marchitan lentamente, los frutos caen antes de madurar, y nadie entiende por qué. Un día, un botánico descubre la causa: un parásito llamado "Loranthus" ha penetrado las ramas. Por fuera, el árbol parece vivo; por dentro, el invasor le roba nutrientes, debilitándolo hasta matarlo. Lo más peligroso es que el árbol no lucha: sus sistemas de defensa ignoran al parásito porque este imita sus tejidos. Solo una intervención externa puede salvarlo: podar las ramas infectadas y aplicar químicos que fortalezcan su resistencia.
Así opera el pecado en el creyente (Hebreos 12:1). No siempre se ve como "grandes caídas"; a menudo son patrones sutiles que imitan necesidades legítimas (ejemplo: el orgullo disfrazado de "derechos", la lujuria como "afecto"). Como el árbol, nuestra naturaleza pecaminosa no lucha contra lo que no reconoce como amenaza. Pero Dios, el Divino Botánico, nos advierte en Romanos 8:13: "Si vivís conforme a la carne, moriréis". La mortificación es esa poda amorosa: dolorosa, pero necesaria para florecer.
"Un misionero en África vio cómo tribus enteras perdían cultivos por no podar a tiempo. Un día les preguntó: ‘¿Por qué no cortan las ramas enfermas?’. Ellos respondieron: ‘Porque son las que más crecen’. Así el pecado: parece ‘productivo’ (ejemplo: chismes que ganan atención, codicia que da dinero), pero al final destruye."
Hoy nos venden la idea de "convivir con tus debilidades o “pecados” (como si el pecado fuera parte de nuestra identidad). Pero Cristo no vino a negociar con nuestros parásitos espirituales, sino a crucificarlos (Gálatas 5:24).
"Miren sus manos un momento: ¿Qué ‘ramas’ están alimentando? ¿Las que dan vida (oración, Palabra, amor), o las que esconden parásitos (adicciones, amargura, autosuficiencia)?"
Pablo no habla a incrédulos, sino a hermanos (Romanos 8:12). Como el árbol, ya tenemos vida en Cristo, pero la batalla es no dejar que lo que Cristo pagó, el pecado lo robe.
El creyente no es deudor de la carne (v.12)
- El término "deudores" (ofeiletai) implica una obligación legal.
- Pablo contrasta la esclavitud al pecado (Romanos 6:17) con la deuda de amor (Romanos 13:8: "No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros").
- Usa la imagen de un prisionero de guerra liberado que elige volver a su antigua cárcel (Gálatas 4:8-9).
- 1 Corintios 6:20: "Fuisteis comprados por precio". La mortificación es un acto de adoración (Romanos 12:1).
- Antes éramos esclavos (Romanos 6:17), ahora somos deudores de gratitud a Dios (1 Pedro 2:9-10).
"El pecado siempre lucha por reinar; donde encuentra resistencia, redobla su ataque. Pero el creyente ya no está obligado a obedecerle." - John Owen
- No le debemos nada a la carne. Pero ¿qué sucede si ignoramos esto y seguimos viviendo según ella?
Vivir en la carne es morir sin el Espíritu (v.13a)
1. La raíz del problema: Ausencia del Espíritu
- Sin el Espíritu = Vida carnal (Romanos 8:9):
- Pablo advierte: "Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él".
- Los gálatas retrocedían a la carne porque dejaban de "andar en el Espíritu" (Gálatas 3:3; 5:16).
"La carne es el yo que opera sin Dios; el Espíritu es Dios obrando en el yo. Sin el Espíritu, solo queda la muerte." - J.I. Packer
2. La carne como sustituto mortal
- ¿Por qué se vive según la carne?
- Engaño: La carne promete vida (placer, autonomía), pero es "muerte" (Romanos 8:6).
3. Consecuencias de vivir sin el Espíritu
- Muerte espiritual (separación de Dios):
"La paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). No es solo física, sino pérdida de comunión (Isaías 59:2).
- Muerte eterna (si no hay arrepentimiento):
"El que siembra para su carne, de la carne segará corrupción" (Gálatas 6:8).
"La vida según la carne es un suicidio espiritual; es la elección de la criatura sobre el Creador." - Augusto H. Strong
- La carne lleva a la muerte, pero el Espíritu ofrece vida. Aquí es donde Pablo nos muestra el camino de victoria.
La victoria es por el Espíritu (v.13b)
- "Hacer morir" (zanatoute) es un presente continuo: no es un evento único, sino una guerra diaria.
- Significa detener completamente con determinación, concebido como hacer morir algo
A. El proceso de mortificación
- Reconocimiento por el Espíritu (Juan 16:8)
El Espíritu convence (no acusa como el diablo). Ejemplo: David en Salmo 51:4.
- Confesión específica (1 Juan 1:9)
No decir "perdóname por todo", sino nombrar el pecado: "Celos hacia X, pornografía, chisme..."
- Renuncia activa (Colosenses 3:5)
Si es pornografía, instalar filtros + rendir cuentas; si es ira, memorizar Efesios 4:26-27.
El Espíritu capacita, pero nosotros actuamos (Colosenses 3:5: "Haced morir...").
"Mortificar el pecado no es negar su existencia, sino negarle el gobierno de nuestra vida. Es el Espíritu quien hace posible esta guerra santa." - John Stott
B. Herramientas del Espíritu (Recursos divinos)
- La Palabra como espada (Efesios 6:17)
Ejemplo: Jesús venció tentaciones con "Escrito está" (Mateo 4:1-11).
- Oración de guerra (Marcos 9:29)
No solo pedir perdón, sino autoridad en Cristo (Lucas 10:19).
- Comunidad santificadora (Hebreos 10:24-25)
Ejemplo: Grupos de rendición de cuentas (Proverbios 27:17).
C. Errores comunes (Qué evitar)
- Legalismo: Creer que la santidad es solo fuerza de voluntad (Gálatas 3:3).
- Pasividad: Esperar que Dios lo haga todo (Filipenses 2:12-13)
- Aislamiento: Luchar solo (Eclesiastés 4:9-10).
"El Espíritu no es un poder impersonal, sino una Persona que nos convence de pecado y nos capacita para obedecer." - D.A. Carson
"Como un águila rehabilitada: el veterinario (Espíritu) señala la reja abierta de la jaula (convicción), pero ella debe emprender el vuelo (acción)."
- La mortificación es una obra del Espíritu, pero requiere nuestra acción. Hoy puedes comenzar ese proceso.
III. Conclusión
"Un soldado en entrenamiento no espera el campo de batalla para aprender a usar su arma. ¡Hoy es el día de prepararse!"
Resumen en 3 frases:
- No le debes nada al pecado (v.12), Cristo pagó tu libertad.
- El pecado siempre cobra con muerte (v.13a), pero Cristo ofrece vida.
- La victoria no es mística (v.13b): es por el Espíritu + tu obediencia.
Romanos 8:13 es un llamado a la seguridad: Quienes son de Cristo no pueden vivir en pecado (1 Juan 3:9), porque el Espíritu los guía a la guerra santa.
Romanos 8:14: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios". La mortificación es evidencia de filiación.
"La santidad no es la manera de llegar a Cristo, es la evidencia de que ya lo has encontrado." - Charles Spurgeon
Un general romano decía a sus soldados: “No temáis al enemigo; temed no luchar”. Hoy Cristo nos dice: “No temáis al pecado; temed no enfrentarlo con mi Espíritu".