Sir Henry Havelock estudió leyes; pero abandonó el ejercicio de ellas para entregarse al de las armas poco después de la batalla de Waterloo, y llegó a ser un prominente militar al servicio de su patria, Inglaterra, para la cual ganó muchas victorias bélicas en Persia y en la India.
Durante una de sus estancias en Londres, por invitación de él, que entonces era un coronel, lo visitó un caballero. En el curso de la conversación la señora de Havelock repentinamente se volvió hacia éste mismo y le preguntó: “¿Dónde está Enrique?” —refiriéndose al hijo de ambos, a quien ella no había visto en toda la tarde. El coronel se puso en pie, y repuso: “¡Ah, pobre muchacho! Está en el puente de Londres … y con este frío que está haciendo. Le dije que me esperara hoy a las doce en ese lugar, y con tantos asuntos que he tenido que atender, olvidé la cita.” El momento en que decía esto el coronel Havelock eran las siete de la noche; se levantó inmediatamente, ordenó que llamaran un carruaje, y al salir para libertar a su hijo de esa molesta espera en el puente de Londres, para excusarse ante el caballero visitante se volvió hacia él y le dijo: “Como usted ve, señor, esta es la disciplina de la familia de un soldado.” Después de una hora el coronel regresó con el pobre Enrique, quien parecía haber pasado por la experiencia de esa tarde con muy buen humor.
Pablo luego de enseñar como se debe reflejar a Cristo en el matrimonio, prosigue dando instrucciones de como reflejar a Cristo o la identidad de Cristo en nosotros como creyentes en los roles de Hijos y Padres. Es importante que nosotros comprendamos que nuestras relaciones domesticas son tan importantes y relevantes como cualquier otro tipo de relaciones (Laborales, negocios, etc) para poder vivir de una manera libre y sin trabas bajo la llenura del Espíritu y el Señorío de Cristo. Mientras nosotros mantengamos en todo nivel una vida de sacrificio y profunda preocupación por los demás, mantendremos el fundamento esencial de la vida cristiana.
Veremos en el estudio de hoy, veremos el llamado y el deber de los hijos y los padres para reflejar a Cristo en sus vidas
1.- Hijos
Llamado a obedecer
Deber de honrar
2.- Padre
Llamado a no hacer enojar (provoquen a ira)
El deber de criarlos (enséñenles)
V.1 (Llamado a los hijos)
HIJOS, OBEDECED [...] POR QUE ESTO ES JUSTO
En este primer versículo Pablo llama la atención de los Hijos (Masculino y Femenino) de cualquier edad dentro del periodo de crianza (Efesios 6.4). A este grupo les da una orden (gr hypakouete - ser obediente a) que es ser ser obediente (cumplir la voluntad de quien manda). Tenemos a lo largo de las escrituras pasajes que nos enseñan de este mandato (Proverbios 1.8, 6.20) debiendo los hijos mostrar su dependencia de Dios y su reconocimiento o mejor dicho aceptación de la autoridad divina delegada de parte de Dios a los padres.
La conducta del hijo puede resultar en tristeza (Proverbios 17.21, 25) o en gozo (Proverbios 23.15-16, 24) para los padres. Pero mas allá de la respuesta que se resulte de la conducta, o solo por “por que yo lo digo” los Hijos deben tener presente que el mandato tiene una motivación mas trascendente que esta frase, la obediencia es ”en el Señor”, lo que quiere decir que es primero en respeto a Jesucristo (en quien se tiene una nueva identidad). A el pertenecemos por lo que debemos una vida de respeto y alabanza a Jesucristo; siendo el mismo Jesús que nos dejo ejemplo en su niñez de esto (Lucas 2.51).
La obediencia de los hijos es algo Justo o correcto (de acuerdo a las normas) es algo que agrada a Dios (Colosenses 3.20). “En el Señor” agrega ademas de lo dicho, el marco que regula los mandatos de los padres, ya que cualquier mandato que este fuera de la voluntad expresa de Dios no debe ser atendido, hacerlo seria poner a los padres sobre la autoridad de Dios (Mateo 10.37).
V.2-3 (Deber de los hijos)
HONRA A TU PADRE [...] LARGA VIDA SOBRE LA TIERRA
Pablo exhorta a los hijos con el deber que ellos deben procurar. Pablo toma el quinto mandamiento del decálogo (o los 10 mandamientos) para enseñar este deber. (Éxodo 20.12; Deuteronomio 5.16). Este deber refuerza el llamado a obedecer y ademas lo extiende a los hijos que ya han dejado el hogar. Jesucristo confronto a los Fariseos con esta enseñanza (Mateo 15.4; Marco 7.10) poniendo el realce lo importante que es que los hijos lo cumplan.
Honrar implica amar, estimar altamente, mostrando un espíritu de respeto y consideración. Esto que amplia el mandato de obedecer, descartando toda obediencia egoísta, de mal agrado, y/o bajo el terror. Por tanto, para honrar de verdad, se necesita una actitud correcta que parte desde el corazón.
Dentro del los 10 mandamientos, si bien no es el primero que esta asociado a una promesa de parte de Dios a quienes lo cumplan, debemos comprender que este mandamiento ocupa un lugar primordial , ya que hijos obedientes son una bendiciones para la familia, la iglesia y la nación, proveyendo Dios largura de Dios (no siendo este el único factor que determina la cantidad de años de vida). Seria mejor comprender esto de manera de principios bíblicos:
- Justicia retributiva: cada uno recibirá conforme a lo que siembra (Gálatas 6.7)
- bendición por la obediencia a Dios (Jeremías 42.6)
En resumen el llamado de Dios a los hijo es que deben cumplir con los mandatos de sus padre, mientras ellos no vayan en contra de la voluntad de Dios. Esta obediencia esta dada en el marco de “en el Señor”. Esto debe destacar una actitud correcta (desinteresada, de amor y entrega) hacia los padres sin importar la edad. Pero así como es digno el llamado y el deber de los hijos, también los padres deben reflejar a Cristo en su relación con sus hijos.
V.4a (Llamado a los padres)
Y VOSOTROS [...] IRA A VUESTROS HIJOS
Así es como Pablo ahora se enfoca en el llamado y el deber de los padres. Pablo focaliza esta sección a los Padres varones, el sustantivo utilizado es el mismo de Honra a tu padre y tu madre” donde se hace la distinción de uno y otro. Esto puede estar dado por el hecho del aspecto de disciplina y crianza que corresponde principalmente a los Padres Varones (Proverbios 1.8) siendo ellos los responsables de esta labor. Pero el cumplimiento de esta labor debe estar sujeta a no hacer enojar (no provocar a ira a los hijos).
¿En que circunstancias se puede provocar esto? por exceso de protección , por favoritismos, desalientos, por trato áspero entre otros. Como Padres se debe cultivar la sensibilidad (bien entendida)
y el cuidado al momento de ejercer disciplina. Siempre se debe evaluar la influencia o el impacto que los que se diga o haga pueda tener en el hijo o hijos. Colosenses 3.21 añade que no se debe exasperar o desafiar a ver quien soporta mas antes de enojarse.
Se debe comprender el hecho que la vida de disciplina es necesaria para los hijos (hijos así deben entenderlos ustedes) pero esa disciplina debe estar acompañada de un respeto hacia su personalidad, siempre teniendo presente hablar y hacer con amor, buscado siempre lo mejor para él y evitando conducirlo a rebeldía. Pero hijos, esto no es razón para abusar, recuerden que el trato hacia sus padres debe ser siempre “en el Señor”, dejando fuera el egoísmo y buscando agradar a Dios con su obediencia.
V.4b (Deber de los padres)
SINO CRIADLOS [...[ DEL SEÑOR
El no provocar a ira, esta entrelazado con la realidad del deber del padre de enseñar, criar, educar a los hijos (Proverbios 7.1-3). La base o fundamento de esta enseñanza esta en la Palabra de Dios (La Biblia) siendo esta la que condicione y oriente el comportamiento del Hijo. No podemos pretender que las enseñanzas de la “ciencia” (o del colegio) les indique el camino de la vida, ya que ese tipo de información solo genera técnico (que tiene conocimientos de cierta áreas); son solo las enseñanzas de Las Escrituras provoca gente sabia (Proverbios 2.5) para que sepa conducirse en el camino de la vida.
Esta enseñanza debe estar basada en la disciplina (enseñanza positiva) y la amonestación ( reprensión precautoria) y estas dos acciones deben estar sujetas “al Señor”, que dicho de otro modo (y como ya lo hemos comentado) basado siempre en el Señor. Es la palabra la que nos perfecciona para buenas obras (2 Timoteo 3.16-17).
Asi es como el mandato dado en la Ley se hace vivo a los padres en Deuteronomio 6.6-9 , siendo las palabras de Jehová que gobiernen el corazón, pero primeramente del Padre y no solo en conocimiento de la Palabra si no como ejemplo, instruir a los hijos. Repitiéndola, no solo como ejercicio, si no que buscando que cada ejercicio de disciplina y amonestación sea una manifestación clara de la Palabra. Esto nos libera de los caprichos personales si no de una corrección en base a la verdad eterna que Dios nos ha dado en su Palabra.
Condensado, el llamado de Dios es no gobernar el hogar de manera que esto provoque a ira a los hijos. En contraste la disciplina y amonestación del Señor debe ser siempre en amor y con base no en caprichos o ideas pre concebidas, si no en base a la verdad eterna de Dios, dejando que ella moldee primero el corazón de los padres para poder instruir a los hijos.
CONCLUSIÓN
Tantos los hijos, como los padres, deben vivir en una relación que glorifique a Dios. Que refleje esa identidad que el mismo nos ha dado. A pesar de que quizás esta relación (Padre - Hijo) esta mayormente encerrada en 4 pareces, no debemos olvidar que es dentro de esas pareces donde se desarrolla el vinculo real y profundo, y a pesar de no ser visto, Dios si esta presente. Actuar de una manera distinta es poner el egoísmo antes que la gloria a Dios. Debemos siempre buscar agradar a Dios en todo tiempo de realación que mantengamos, y en el contexto de hoy, siendo Hijos y Padres.