Javier Jara Bao

El armiño es un animalito simpático con ojos negros brillantes y una piel hermosa. Tiene patas cortas y un cuerpo angosto de unos cincuenta centímetros de largo desde la punta de la nariz hasta el extremo de la cola. Este ágil animal se encuentra en la región norte del hemisferio norte. En verano, su pelaje tiene un intenso color marrón chocolate, salvo las partes inferiores del cuerpo y las patas. En invierno, el color cambia a un blanco claro, excepto una punta negra en la cola.
Si buscas una foto del armiño en la biblioteca, te impactará la pureza de su piel blanca. El armiño parece darse cuenta de la belleza de su piel y se esmera mucho en mantenerla. Por cierto, la característica más inusual del animal es su aversión a todo lo que pueda ensuciar su piel.
Los cazadores que saben esto llenan la madriguera del armiño con suciedad y esperan con sus perros a que el animal vuelva. Cuando el armiño con su color blanco nieve detecta los perros, corre rápidamente hacia la seguridad de su madriguera. Pero no entra a la sucia seguridad de su hogar. En vez de huir hacia la madriguera, el armiño pelea con los perros hasta morir. Prefiere morir con un pelaje manchado de sangre a vivir con uno sucio.
Por eso se usa la piel de armiño en las vestimentas de los gobernantes y jueces. Sirve como un símbolo de la pureza de la justicia y la ley. ¿No te parece asombroso que Dios haya programado al armiño para que prefiera una lucha a muerte a un pelaje sucio? Su instinto de pureza supera su instinto de supervivencia.
Ahora llevando esta ilustración del reino animal a nuestra realidad espiritual, la pregunta es ¿cuanto estas dispuesto tú, a pelear la batalla ardua y feroz en favor de no ensuciarte (estar firmes)?. El armiño lo hace por algo que finalmente va a perecer, que es su piel, ¿no lo harías tu por un propósito eterno, como es salvar tu alma?
Dios nos ha estado diciendo
- que la batalla esta instalada,
- que nuestras fuerzas provienen de Dios,
- que nuestros enemigos son numerosos y poderosos,
- pero que ademas nos entrega la manera de poder estar firme (que es el propósito de Dios para nosotros) en la batalla.
Para este propósito es que nos ordena a vestirnos o tomar toda la armadura de Dios. Ya hemos visto el cinturón de la verdad y la coraza de justicia.
Hoy estudiaremos como es que por medio de calzado y el escudo debemos estar firme.
V.15 - TERCER ELEMENTO
Y CALZADO [...] DE LA PAZ
Este elemento de la armadura cubre nuestros pies.  Encontramos una imagen del calzado en el AT, que como dijimos, podría ser de donde toma la “idea” para ilustrar este elemento (Isaías 52.7)  
El Verbo “calzados” significa átense o amárrate las sandalias.  Este era un elemento muy importante en la vestidura romana. Se dice que una de las razones de Éxito de Julio Cesar (Emperador romano) en las batallas, es que sus soldados “vestían o calzaban”  sus “zapatos militares” que le permitieron avanzar mas rápidos y seguros y de esa manera atacara a su enemigos de imprevisto ya que nos pensaban que llegarían tan rápido a su encuentro. Estas sandalias o cáligas eran atadas por medios de amarras hasta casi la rodilla y en su plata tenían clavos que hacían mas duradera la sandalia y ademas proveía mayor agarre al caminar en cualquier tipo de camino.
Para el creyente el material de su calzado es el “apresto del evangelio”. ¿como es que comprendemos esto? De alguna manera tenemos dos posibilidades o dos realidades que no se eliminan la una a la otra.
Cuando uno hace propio el mensaje del evangelio para si mismo, lo que lo hace estar en una disposición correcta (Defensa)
Cuando se toma el mensaje como motivación para el evangelismo o evangelizacion. (Ataque)
Por el contexto de las partes anteriores (para estar firmes) y por el contexto que sigue de defender con el escudo y el casco, podemos considerar que el “el apresto” como la disposición o la preparación en los corazones para enfrentar las batallas.  Es por medio del evangelio de la paz, que cada hijo de Dios a sido puesto en una correcta relación con Dios (Romanos 5.1). Este mensaje de Paz que ya tenemos, es el que nos permite estar firmen antes las asechanzas de Satanás (el acusador).  El vivir de acuerdo a este mensaje de paz, es que nos permite estar firmes (Filipenses 1.27), lo que finalmente es como una paradoja ya que el creyente esta en una batalla de naturaleza espiritual y feroz, y pesar de estar frente a un ejercito incontable, tiene paz en su corazón (Juan 16.33).
Por medio del evangelio, que no solo es un mensaje a los inconversos, si no que a aquellos que ya han nacido de nuevo, es que fortalecemos nuestra voluntad para la batalla o las pruebas. ¿como es que nos prepara el evangelio?
- Nos eleva sobre el peligro (Filipenses 4.7)
- Nos hace vivir confiados (Salmo 32.7)
- Nos ayuda a negarnos a nosotros mismos (Marcos 8.34)
- Nos capacita para negarnos al pecado (Gálatas 6.14)
Querido hermano abraza por tanto en el mensaje del evangelio para ti mismo, para que tus pies sea puesto en el suelo firmes y seguros, en la cruz de Cristo, persecuciones vamos a sufrir (2 Timoteo 3.12), pero nada debe turbarnos (Juan 14.27).  Como dice el himno de William Bradbury de 1862:

Alma mía, no delires,
Ni suspires de dolor;
Que posees en el cielo
Tu consuelo, tu Señor
Tu consuelo, tu Señor.
Jesucristo del pecado
Te ha librado en la cruz;
El derrama sobre el alma
Gozo, calma, paz y luz.
Gozo, calma, paz y luz.

V.16 - CUARTO ELEMENTO
SOBRE TODO [...] FUEGO DEL MALIGNO
El escudo de ser tomado en toda circunstancia o todas las circunstancias, eso es lo que quiere decir “sobre todo”. Ni una pieza es mas importante que las otras dentro de la armadura, de toda la armadura es que debemos de vestirnos. El escudo es el primero de los tres elementos que se “toman o agarran” a diferencia de los tres primeros elementos que se ceñian o vestían al soldado. En el AT, vemos varias referencias a cuidado de Dios hacia su pueblo, haciendo mención al escudo (Génesis 15.1; 2 Samuel 22.31; Salmo 18.30) como posible ilustraciones que utilizo Pablo para escribir con respecto de este elemento de la armadura.
El escudo del soldado romano al que Pablo hace referencia aquí, no es típico escudo redondo y pequeño (que quizás uno ve habitualmente), sino que uno de mayor tamaño (casi del de una puerta) donde el soldado quedaba completamente cubierto, de hecho se apodaban como “la puerta”. Estaban hechos de metal o de madera cubiertos de cuero y con refuerzos de metal por las orillas para protegerlos de los golpes o del rose con el suelo al estar apoyados en él. Era “bañado” en un aceite para poder apagar las flechas encendidas del enemigo.
El escudo espiritual, para la batalla del creyente esta hecho de “fe”. ¿a que se refiere con fe? Como fe, podemos entender:
- El conjunto de enseñanzas que están en Las Escrituras (Mateo 4.1-11)
- Como la confianza en Dios (junto a sus palabra y promesas) (1 Juan 5.4)
Debemos de considerar que estas dos realidades o posibilidades de entender no podemos dividirlas. Si bien según el contexto lo que fe se refiere acá es a la confianza en que Dios ya ha vencido al mundo, o Satanás y esa fe es la que nos hace estar firmes por que Dios así lo ha prometido (Judas 24), esta fe es la que nos lleva a descansar en la obra justificadora de Jesús en la cruz del calvario (Efesios 1.6-7; Juan 19.30) por medio de la cual ya somos victoriosos (2 Corintios 4.7-16). Esta realidad, no la podemos separar de las enseñanzas del cuerpo de doctrinas o de las escrituras, ya que esta fe descansa, se fundamenta en lo que Dios nos ha dicho por medio de su palabra y como ella misma se ha ido cumpliendo. Así cuando estamos en batalla, acudimos con fe a Cristo (Salmo 121.1-2; 2 Timoteo 1.12) pero sustentado en lo que Dios nos ha prometido (Proverbios 30.5). Es responsabilidad del creyente tomad la fe y ponerla en alto, que es el sentido que tiene el verbo “tomad” en este pasaje. Nosotros debemos de esforzarnos en hacer crecer nuestra fe, tenerla en alto, al frente, protegiendo  de los dardos de Satanás.
Todo esto para apagar todos los dardos de fuego del maligno. Dios nos dice que “podáis apagar”, este verbo se debe entender como una certeza de que vamos a apagar todos esos dardos y no como  una posibilidad. Los que levantan el escudo apagaran “todos”, no algunos, no el 99.9%, no los mas dañinos, si no que “TODOS” y cada uno de los dardos de fuego del maligno.  Esta imagen nos muestra lo “malo” y horroroso del ataque de Satanás, el no esta jugando a la guerra con nosotros, el ha comprendido que la guerra es seria, y que debe atacar con todo a los hijos de Dios para ver cumplido su proposito.  
¿Has entendido tu la seriedad de la guerra?. Satanás,  lanza todos sus dardos (inmoralidad, odio, envidia, codicia, orgullo, duda, temor, desesperanza, desconsuelo, desconfianza, autosuficiencia, independencia, hipocresía, entre muchos mas).
¿Cuantas veces has sentido el golpe de estos dardos en tu vida? ¿cuantos has apagado? Este versículo no dice que no llegaran a nosotros, no dice que se desviaran por la fe en el camino, el escudo recibe el impacto del dardo y lo apaga al momento del contacto con el.
¿cuantos dardos haz apagado depositando tu fe en Dios y sus promesas? Estos dardos, vienen llenos de maldad, no solo por que vienen del maligno (lo que caracteriza a nuestro enemigo) si no ademas por que vienen encendidos buscando encender todas nuestras pasiones y deseos pecaminosos.
Miremos el ejemplo de Abraham que se levanto el escudo de la Fe a pesar que todo su entorno decía que  no iba a ver descendencia (Romanos 4.19-21)
Debemos por medio del conocimiento de la Palabra de Dios crecer en Fe (Romanos 10.17) y de esa manera, creyendo de corazón a lo que Dios a dicho, hacer frente a los dardos, protegidos por medio del escudo de la fe.
CONCLUSIÓN
Consideremos la letra de este himno :

Ya escucho de mi Cristo la amante y tierna voz,
 Aun mi fe aumenta el poderoso Dios,
 Al ver la gran corriente de sangre carmesí
 Y libre es por todos y libre por ti,
 Y libre es por todos y libre por mí.
//Si olvido del Getsemaní, tu sufrimiento agudo allí,
 Y tu divino amor por mí, Cristo, hazme ver, hazme ver tu cruz.//

Debemos hermanos, calzarnos el evangelio (mirando la cruz de Cristo) y tomando el escudo de la fe,  fortaleciéndose por medio del conocimiento de la verdad de Dios, estos dos elementos son esenciales, junto al cinto y la coraza para hacer frente a Satanás y habiendo acabado todo, estar firmes.




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