Javier Jara Bao

El autor Stanley Jones describe cómo Carlomagno prácticamente obligó a los sajones guerreros a convertirse en cristianos. Consintieron en una condición que dejarían en claro en su bautismo. Fueron bautizados por inmersión. Pero cuando llegó el momento, estos guerreros estaban totalmente inmersos, excepto por sus brazos derechos; Estos los sacaron de las aguas sobre sus cabezas. Porque su brazo derecho era su brazo de lucha, y se negaron a entregarlo a Cristo.
Dios nos ha venido hablando de lo importante que es que comprendamos
- Que estamos en una guerra
- Que esta guerra no se pelea con nuestras fuerzas, si no con las de Él
- Que debemos tomar todo lo que el nos provee para cumplir el objetivo de estar firmes.
Esta provisión de Dios consta de una armadura, que debe ser puesta para la batalla de manera total, completa, sin obviar ningún elemento. Hasta este punto ¿comprendes la guerra espiritual en la que estamos? ¿que tan dispuesto estas a batallar? ¿estas consciente de la seriedad de la guerra? ¿estas tu como los solados sajones, reservando algo para ti? ¿aun crees que tu puedes hacer algo para ganar esta batalla alejado de lo que Dios nos brinda?
Hoy veremos como es que debemos tomar la salvación y la Palabra, para estar firmes en la batalla.
V.17
Y TOMAD EL YELMO [...] LA PALABRA DE DIOS.
Estos dos elementos al igual que el escudo se deben tomar  al igual que el escudo. La connotación de esta palabra tomad, es un poco diferente a las anteriores. Ya que si bien es tomar con ambas manos, mas que levantar como es el caso del escudo, este “tomad” tiene que ver con recibir. Esto hace especial enfasis en que la salvación es del Señor (Jonás 2.9) y la Espada es Su Palabra,algo que recibimos de Él (2 Timoteo 3.16, 2 Pedro 1.20-21) y que nosotros solo debemos recibirla o aceptarla. Esto no quiere decir que las demás partes sean nuestras o que las ganemos por algún merito especial, solo Pablo frente a la realidad de la salvación, realiza este énfasis en comprender que no es por merito humano.
QUINTO ELEMENTO
EL YELMO DE LA SALVACIÓN

El yelmo o casco proviene de la metáfora usada por Isaías (Isaías 59.17) con la salvedad de que en este pasaje, el Yelmo es usado por Jehová. Este casco cubría la cabeza en su totalidad. Se componía de morrión (casco), visera (parte movible que cubre el rostro) y babera (cubre boca, barba y quijada). Los materiales de los que estaba hecho eran de metal y cuero. Era de suma importancia este elemento ya que siempre el enemigo con una arma especial (como un bate) buscaba dar el “golpe de gracia” para derrotar a su enemigo.
El yelmo para la batalla espiritual esta hecho de La Salvación. Este casco, protege al creyente en su mente y pensamientos. Ya hemos visto nosotros como es que la obra de Dios es completa en cuento a nuestra salvación (Efesios 1.3-14; 2.1-10) lo que confirma la realidad de que los hijos de Dios han sido liberados de la esclavitud del pecado, que ya no están llevados por las corrientes de este mundo obedeciendo los deseos de la carne, si no que ahora son nuevas criaturas (Efesios 2.10). Esto es la base para la nueva identidad del creyente que ahora debe vivir de acuerdo a la realidad de la salvación o de su nueva identidad (Filipenses 2.12). Este pensamiento o mejor dicho teniendo presente esta realidad de que somos salvos, es que el creyente se mantendrá firme en la batalla. Dicho de otra manera, la Salvación debe llevar nuestros pensamientos cautivos a Cristo y según eso pensar y evaluar nuestra vida (2 Corintios 10.4-6; Filipenses 4.8) siendo la libertad que hemos ganado para vivir de manera justa (Romanos 6.19; Gálatas 5.13).

Para Satanás, la batalla nunca termina, y a él le encanta atacarnos con desánimo en el instante preciso cuando creemos que estamos a salvo.
- John MacArthur -

Por tanto debemos tener presente que Satanás siempre nos atacará a nuestra mente para debilitar nuestra confianza en la obra de Cristo en la cruz, por medio de argumentos ideológicos, hundimientos emocionales, dudas, ataque psicológicos, insinuaciones sutiles, entre otras. ¿que hacemos frente a esto? ponernos el casco ¿como? recordando que tenemos una nueva identidad o que somos salvos. Por ejemplo. ¿Cuantas veces frente a un estado de desanimo has pensado en la realidad que quizás no eres salvo? ¿o que a Dios no le importas? ¿cuantas otras has pensado que nunca vas a poder dejar de pecar?¿que tu eres así? Es ahi donde debemos mirar y observar de manera genuina que Dios nos ama y nos da una nueva identidad que nos permite estar seguros en Cristo, pudiendo responder a estas preguntas que Dios completo la obra, por lo que si soy salvo, que Dios si me ama y me demuestra su amor entregando a su hijo en rescate de un pecador como yo, que tienes el poder de Dios morando en ti por medio del Espíritu Santo que te capacita para vencer el mal, etc, etc. Finalmente debemos depender completamente en la obra de Cristo en la cruz y no en que hagamos o no; nuestra vida se debe guiar por la fe y frente a esas amenazas de satanás, debemos de aferrarnos con mas pasión y fe a la cruz.
SEXTO ELEMENTO
LA ESPADA DEL ESPÍRITU, QUE ES LA PALABRA DE DIOS

La espada, es el ultimo elemento de la armadura, que debe ser recibido de parte de Dios. Este es quizás el elemento que por mayor propiedad tiene un carácter mas ofensivo que defensivo.  Pablo en este elemento se esta refiriendo a una espada corta, o un puñal, que era el que se usaba en la pelea personal o cuerpo a cuerpo, y que utilizaban en las guerras para romper las filas enemigas. Esta espada era la que usaban los soldados romanos en el momento del arresto de Jesús (Mateo 26.47-51). Es diferente a la espada larga que usaban los que montaban en caballo y a la que hace referencia Apocalipsis que procede de la boca de Cristo (Apocalipsis 1.16, 19.15).
En la batalla espiritual, esta espada corta, simboliza la Palabra de Dios (tal como lo dice expresamente el texto). Mira la gran honra, pero a la vez responsabilidad, que tenemos nosotros de usar la palabra de Dios en la batalla. Un soldado fiel, es quien usa la espada o palabra de manera fiel y genuina. La única arma que le ha sido entregada es la espada, ninguna otra. Cualquier otra arma que quieras portar, estorbara el buen uso de la palabra de Dios.
Esta espada es del Espíritu en términos de origen, ya que fue el Espíritu que la inspiro (2 Timoteo 3.16; 2 Pedro 1.21), pero también es verdad que el soldado no debe utilizar la espada por su propia cuenta si no que lo debe realizar sujeto al Espíritu, ya que es junto a esa compañía que podremos utilizar  de manera eficaz la espada (1 Corintios 2.10-16).
A diferencia de todos los otros elementos de la armadura el uso de la espada requiere un adiestramiento para su uso adecuado y eficaz. ¿cuanto te has ejercitado en el uso de la palabra de Dios? Como soldados en medio de una batalla feroz, debemos de ejercitar de manera diaria el uso de nuestra arma. La palabra de Dios es tan poderosa que no tiene una que se iguale (Hebreos 4.12) por esa razón es que debemos de disponer nuestro ser para aprender y ejercitar el uso de la palabra de Dios.

Muchas veces el creyente cae bajo las artimañas de Satanás porque desconoce lo que la Biblia enseña sobre el particular. Eso es un desafío importante: El creyente tiene que dar tiempo a la Biblia si quiere ser un cristiano victorioso
- Samuel Pérez Millos -

¿Como tomamos la espada? por medios de la lectura, memorización, meditación, estudio de ella día a día. Hoy nuestra responsabilidad como hijos de Dios con la identidad de Cristo, nuestro Salvador, es que de manera urgente debemos de entrenarnos en el uso de la palabra de Dios, para estar adiestrados para la batalla (2 Timoteo 2.15), esto no solo quiere decir que debemos de tener en la memoria la Palabra de Dios; ella debe moldear nuestra forma de vivir.  Si salimos a la batalla sin nuestra arma para atacar seremos soldados negligentes e inútiles, por que solo serán como una muralla (solo resistiendo el ataque)  sin la capacidad de atacar al enemigo (Esto ocurre cuando proclamamos las verdades del evangelio a quienes a un no son creyentes). Pero no debemos olvidar que nosotros no estamos llamados a ganar la batalla, si no a “Estar Firmes”, por lo que principalmente debemos de aprender a utilizar la palabra para defendernos de los ataques del enemigo (Mateo 4.4-10).
CONCLUSIÓN
Dios nos ha provisto de estos dos últimos elementos de la armadura. Todo provisto exclusivamente por una acción solo de él. Nosotros debemos recibir, la salvación y abrazar la cruz de Cristo para estar firmes frente a los ataques de satanás.  Junto con eso la espada , debemos aprender a utilizarla y ejercitarnos en su uso.
Estos dos elementos completan la provisión de Dios para la guerra en la que estamos y seriamos necios si descuidamos una sola pieza de ella.

“Es nuestra responsabilidad tomarla, ponérnosla y usarla confiadamente en contra de los poderes del mal”
- J. Stott -




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